El hospital de Móstoles deriva a especialistas a cubrir huecos ante el colapso de Urgencias
La gerencia del hospital obligará a partir de julio a que un endocrinólogo, un internista o un geriatra realicen guardias en las urgencias a pesar de no tener todos los conocimientos necesarios


Los profesionales médicos del hospital universitario de Móstoles sienten que su día a día es un sin parar de atropellos. Recientemente, este diario informaba de la huelga de los médicos especialistas que atendían la actividad quirúrgica en las tardes, quienes buscaban una mejora salarial que no consiguieron sino hasta tomar esta medida “extrema”. Ahora, con el verano a las puertas, el servicio de Urgencias está al borde del colapso debido a la falta de personal para atender la creciente demanda de esta época del año. La solución de la gerencia del hospital ha sido obligar a los médicos especialistas a que se repartan la responsabilidad de cubrir el déficit de urgenciólogos a partir de julio, justo cuando el número de pacientes se dispara y el de trabajadores cae. La Consejería de Sanidad, por su parte, trata de calmar las aguas diciendo que este “plan de contingencia en periodo estival” tiene carácter “excepcional y limitado en el tiempo”.
Lo que al principio fue un murmullo que causó descontento entre los especialistas de las supuestas áreas afectadas, el viernes se hizo efectivo tras las reunión de la dirección y los jefes de servicio, a quienes se les comunicó que a partir de julio deberían destinar a parte de su personal a hacer guardias en la Urgencia. Un portavoz de la Consejería de Sanidad asegura que el objetivo es cubrir tan solo un puesto diario durante 51 días, entre julio y agosto. Médicos de áreas como Neurología, Oncología, Endocrinología, Geriatría o Cuidados Paliativos deberán trabajar ciertos días durante el verano en un servicio totalmente diferente, incluso cuando varias de esas especialidades en condiciones normales no hacen guardias.
El servicio con mayor carga tras la nueva medida es Medicina Interna, ya que tendrá que cubrir 27 turnos de Urgencias, a diferencia del resto ―son 11 áreas afectadas en total―, que cubrirá entre una y tres en el mismo periodo. Según los trabajadores, la directiva no ha explicado el por qué de esta distribución, aunque el portavoz de Sanidad aclara a este diario que la guardias se han distribuido “según tamaño y experiencia de los servicios”, con un promedio de dos o tres guardias por cada área en este periodo. “Se va a llevar a cabo una comunicación a la Junta Técnico Asistencial y jefes de servicio”, añade el portavoz. Y asegura que “la comunicación es fluida y constante como no puede ser de otra manera”.
Antes de la reunión con la gerencia, 90 especialistas ya habían enviado un escrito en el que expresaban su desacuerdo. “Esta medida conllevaría, además de la pérdida de un puesto de guardia para atender la hospitalización y la imposibilidad de llevar a cabo la actividad asistencial en habitual de todas las especialidades, el aumento de la lista de espera”, se lee en la carta, a la que este diario ha tenido . Pero no es solo, como comenta Mar Láinez, urgencióloga del hospital de Móstoles y delegada de Amyts, que sea un “desvestir a un santo para vestir a otro”, sino que en su servicio son necesarios unos ciertos conocimientos que no se desarrollan en otras especialidades.
“Nos van a obligar cuando no tenemos experiencia en este tema [las urgencias]“, corrobora Carlos, un especialista afectado que prefiere mantener el anonimato con un nombre ficticio. Al respecto, la consejería no ve riesgo porque los especialistas ajenos al servicio estarán ”supervisados" por urgenciólogos, que el apoyo estará “centrado el los fines de semana y en pacientes de menor complejidad”, y que hay ”formación disponible en la intranet”. De hecho, a los afectados les han recomendado apuntarse al curso que le dan a los residentes en su primer año, pero Carlos asegura que “unas pocas horas no son suficientes para que un especialista que lleva 20 años sin trabajar en Urgencias recuerde todo lo básico”. Por otro lado, son cursos que se imparten en horario laboral.
En la carta enviada a la dirección, los médicos aseguran que obligarlos a hacer guardia en una especialidad que no es la suya “pondría en riesgo la asistencia sanitaria de Urgencias y la seguridad del paciente”. “La atención urgente por médicos que no realizan su actividad en el servicio de Urgencias podría derivar en problemas legales, que en último término serían responsabilidad de los promotores de la medida referida”, alertan en el texto.
La realidad es que las Urgencias del hospital de Móstoles necesitan “auxilio”. “Tenemos una plantilla infradimensionada, se han ido dos trabajadores recientemente, cada vez hay más personal mayor de 55 años que por ley ya no hace guardias, y la demanda de la población sigue aumentando”, explica Láinez. La solución más evidente, asegura, es atraer a nuevos médicos con contratos atractivos, pero la dirección ha evadido por el momento esta posibilidad. El portavoz de la istración regional asegura que los puestos vacantes y los contratos de guardias “por casuística varia no son atractivas para los candidatos”, pero no aclara cuáles. Añade que de cubrirse estas plazas, “no habría problema en mantener el patrón de guardias establecido”.
La situación es bien conocida entre las demás áreas del hospital, que subrayaron en la carta estar al pendiente de “la grave situación del servicio de Urgencias”. Por ello, se hicieron eco de las dificultades de los urgenciólogos y solicitaron que se tomaran medidas “oportunas”, encaminadas a la contratación de personal con la formación adecuada. Hasta el momento no está sobre la mesa emprender una huelga como la de los quirófanos, que estuvieron más de un mes cerrados en las tardes, pero según Carlos, sí que están buscando “medios de protesta” para presionar en favor de los compañeros de Urgencias.
Laínez comenta que desde hace aproximadamente un año en su servicio están realizando “seis o siete guardias al mes” para sostenerse y piensa en lo que las malas condiciones de trabajo traerán en el futuro. “En la próxima OPE [Oferta Pública de Empleo, cuya lista definitiva se prevé conocer este verano] la gente se lo pensará antes de elegir cualquier plaza en el hospital de Móstoles”, añade. En el futuro más próximo, Láinez lo que ve tampoco es esperanzador: “Habrá que cerrar consultas”.
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