Las inscripciones en las escuelas del Opus La Farga y la Vall caen hasta un 14% tras anunciar su paso a privadas
Familias de ambos centros se han organizado para reclamar transparencia a la dirección, ya que dudan de la viabilidad de perder el concierto educativo


Las escuelas de La Farga (Sant Cugat) y La Vall (Sabadell), vinculadas al Opus Dei, han recibido este año un 10 y un 14% menos de inscripciones, respectivamente, respecto al año pasado. Si se cogen las cifras de dos años atrás, el descenso aumenta hasta el 17 y el 20%, respectivamente, según las listas de solicitudes que habitualmente pueden consultarse en la web y las puertas de los colegios. Los dos colegios concertados, gestionados por Institució Familiar, anunciaron en marzo, justo en el arranque de la preinscripción escolar, que renunciarían al concierto educativo para poder mantener la educación diferenciada, es decir, la separación de niños y niñas en las aulas. Las escuelas siguen así la senda iniciada por otros dos centros del Opus, Viaró y Canigó, que el pasado septiembre anunciaban su fusión para poder sobrevivir a la privatización.
En detalle, el colegio de La Farga (de niños) -que oferta 100 plazas- recibió hace dos años 99 solicitudes en primera opción para la etapa de Infantil3, una cifra que descendió a 92 el año pasado y 82 a la actual. En La Vall (de niñas) -70 plazas- el descenso es más acusado: 70, 65 y 56, respectivamente. Las cifras indican que, si hace dos años las escuelas llenaban las aulas de la primera etapa, el curso próximo no será así. Y la tendencia bajista es más aguda este año, cuando ya se dieron a conocer las intenciones de privatización.
Precisamente, el aumento de matrículas era uno de los argumentos que la titularidad de los centros enarbolaba para defender que las escuelas podían sobrevivir sin la subvención de la Generalitat, en forma de concierto educativo, que el próximo año deben ser renovados. No obstante, un grupo de familias de ambas escuelas ponen en duda los cálculos realizados y se muestran preocupadas -algunas incluso indignadas- por lo que consideran una “falta de transparencia” de la titularidad en el proceso de decisión de perder el concierto educativo. Las familias han empezado a organizarse y un centenar de ellas celebraron el lunes una reunión virtual; paralelamente han impulsado un manifiesto, que el lunes habían firmado 200 familias, pero que en las últimas horas han recibido “un aluvión de apoyos”, dicen los padres, sin concretar la cifra.
El manifiesto asegura que un cambio tan importante como para al régimen privado “requiere consenso, confianza y alineación” de toda la comunidad educativa. Asimismo, defienden que se intente mantener el concierto educativo para que el centro continúe siendo “accesible” para las familias. “Queremos una escuela no excluyente, que no se convierta en un espacio de élite educativa ni económica”, destaca el escrito.
“Hace más de dos años que preparan un plan de viabilidad, así que ya tenían pensado en la privatización, pero a nosotros siempre nos habían dicho que el concierto era la prioridad”, comenta una de las familias a este diario, que además asegura que la mayoría de padres prefieren renunciar al modelo diferenciado (separar niños y niñas) a cambio de mantener el concierto, “porque lo que se valora son los valores de confianza y cristianos del centro. Hay que modernizarse y en otros colegios de Institució se ha pasado a mixto y no ha pasado nada”.
El pasado lunes, más de un centenar de familias celebraron una reunión virtual donde se expresó la “pérdida de confianza” de las familias hacia la escuela, explica alguno de sus asistentes, porque consideran que ha escondido sus cartas hasta el último momento. Además, se cuestionó el plan de viabilidad elaborado por la titularidad para compensar los 7,5 millones de la Generalitat -lo que suman los conciertos educativos de los dos centros- y las familias calculan que los balances se sostendrán solo dos años. “Confían en un aumento de alumnos, pero con la bajada de natalidad o si se produce una nueva crisis, muchas familias pueden verse con dificultades para afrontar las cuotas”, añaden estas fuentes. Asimismo, las familias expresan su preocupación por el profesorado, que cambiarán de convenio y de condiciones laborales y los padres no quiere que se precarice su situación.
La pérdida de concierto educativo se traduce, según cálculos del colegio en unos 300 euros por alumno al mes, pero el centro ha asegurado que, de momento, las familias solo tendrán que asumir una cuarte parte de este sobrecoste, lo que se traducirá en 75 más al mes en la cuota.
Con todo, las familias no quieren abrir una guerra con el centro y lo que reclaman es iniciar una etapa de diálogo y transparencia con la dirección. Por su parte, Institució Familiar ha declinado hacer declaraciones a este diario.
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